domingo, 10 de febrero de 2008

QUIENES SOMOS?



Para quien se crea el centro del Universo.... que lo piense bien!

15 comentarios:

Joan Pinardell dijo...

Ja... aqui valdría aquello de que lo que vale no es la cantidad... y si la calidad... ja...

Siempre me ha hecho gracia esa visión... el centro... he caido tantas veces en ese error...

Hay que girar, sí, en la dirección que gira la tierra... y mirar... dios... con un poco de humildad... al fin y al cabo solo somos una luz que un dia se apagará...

besos amiga

NeoGabox dijo...

Realmente el universo tiene un centro?
Que nos podría hacer creer que somos nosotros?

;)

"Saludos Monocromáticos"

Anónimo dijo...

Una divertida manera de poner las cosas en perspectiva.

Muy interesante blog.
Saludos

Alimontero dijo...

JOAN,cuando me enviaron estas imágenes, hace ya tiempo y fue en otro contexto...y si...volver a mirarlas me surgio eso...
Somo tan omnipotente a veces no?...escucharás muchas veces decir que lo que nos sobra es soberbia, que nos falta humildad... por ahi va la cosa..!
Te abrazo...pasé por CAfepessoa y me encantó escuchar a SAbina... buenisima tu musica..!

NEOGABOX... yo creo que si lo tiene...y es Dios, su creador..el Dios que tu quieras que sea...energía pura, divina...que nos sostiene..
Gracias por venir... bienvenido!!

CALIOPE, un placer recibirte en casa...me encantan las visitas inesperadas!!... fui a tu casa...y no pude dejar comentario... traté y traté.... ;(
Nos leemos!...gracias!

TORO SALVAJE dijo...

Me encanta, este post es tan gráfico que no hay nada más que hablar.

Tanta soberbia, petulancia, y tonterías como si fueramos el ombligo del universo...

Me gustó mucho.

Besos.

...flor deshilvanada dijo...

Me he dado cuenta que las personas que más importantes se creen, menos lo son...

Yo admiro a los de corazón humilde.

Un besito, ALi!

©Claudia Isabel dijo...

Creo que apenas podemos ser el centro de nuestro propio universo, pero sería muy triste pensar que los demás son satélites nuestros...un poco de egocentrismo está bien, pero solo un poco...
Un abrazo

Ligia dijo...

Es verdad, a veces no creemos más importantes de lo que somos, y nos hace falta humildad. Está bien recordarlo de vez en cuando. Besos

Gerald dijo...

Hola ALi, de vuelta ya, y quise pasar por acá...
Oye, pero qué razón tenía Einstein con su teoría de la Relatividad ja!
Somos tan pequeños relativos al universo y tan grandes que nos creemos a veces.

Buena música pusiste, me encanta esa canción!

Un Beso.

José Manuel dijo...

Has dicho mucho, con pocas palabras.
Si entre nosotros seguimos mirándonos por encima del hombro, cómo habrían de hacerlo los habitantes de Urano si los hubiere...
Yo me conformo con compartir tu Universo, y enviarte un beso desde mi nanopixel existencial.

Lidia M. Domes dijo...

No somos el centro del universo...no... pero si somos, nosotros mismos los únicos que podemos hacer algo por cambiar... y a eso se reduce nuestra propia importancia...

Como seres humanos... como individuos,en vez de cambiar al mundo o al universo, podemos mirarnos y ver... y a nosotros...nos vendría bien cambiar en algo????

Besos...

Lidia

Joan Pinardell dijo...

Bonita canción... y hoy estoy inspirado... cuando más somos menos? porqué ser lo que no somos?
realmente somos algo, algo mejor que una hormiga digo?

Quiero pensar que sí... que somos... lo que somos... y nada más... una pajita en el ojo de Dios... ja...

una luz que se acerca y que se va... solo eso somos... nada más...

si estoy inspirado si...
besos

Anónimo dijo...

Siempre que me tropiezo con alguien que tiene "el ego muy elevado" le digo que observe una esfera de la tierra o que se suba a lo alto de una montaña y mire a ver que es lo que vé ;]
Muy buen post, breve aunque contundente.
Gracias por tu visita a mi blog

Un abrazo para tí

Ricardo Tribin dijo...

Muy claro comentario y que da la necesidad de la humildad

Nada sé dijo...

...pasaba las hojas de aquel libro. No era demasiado apasionante, pero estaba relativamente entretenido, aunque me estaba ya resultando un poco cansino. Tenía ganas de acabarlo, ya. Al llegar a la palabra fin, todo se me oscureció.

Nadie me había avisado que tenía entre mis manos el libro de mi vida.