domingo, 11 de octubre de 2009

MI ROL: SER MUJER
















Disfrutaba unos dias de playa y mientras contemplaba a una familia, con hijos, como trepaban con gran facilidad por el roquerío.
Aproveché el momento para mirarlos desde lejos y regocijarme con ese momento precioso. Este mirar desde la distancia es lo que he tratado de hacer en estos últimos años, intentar observar desde fuera los acontecimientos. Creo que no solo yo, sino mis pares, mujeres de mi generación, amigas etc han adoptado esa actitud objetiva, dentro de lo posible.

Los años nos dan otra perspectiva y podemos ver los hechos dentro de contexto más amplio.
Otra característica que he observado y experimentado es la capacidad de contención que poseemos.
Somos grandes "contenedores" de quejas, comentarios, confidencias, infidencia y así….
Tenemos la gran habilidad de archivar estos elementos, hilvanarlos, relacionarlos y, muchas veces, sacarlos a la luz nuevamente y trabajarlos con las mismas personas desde donde provinieron.

Nos ha tocado ser la generación "sándwich". A menudo tenemos que velar por nuestros padres y, obviamente, por nuestros hijos. Todo simultáneamente y sin olvidar nuestras otras obligaciones, quedando muchas veces atrapadas entre dos generaciones.
Somos el "colchón" y las grandes mediadoras entre fuerzas completamente opuestas. Nos llegan los ataques, a veces muy injustos, los problemas, las grandes preguntas y cuestionamientos desde todos los ámbitos. Debemos tener respuestas para todo y todos. No se nos permite fallar. Y mira que he trabajado este tema. Y no es malo! Esto no es una queja! por el contrario, es un reconocimiento a nuestra naturaleza, a nuestra apertura.

A nosotras, las mujeres, nos toca vivir todo aquello y más, sin embargo, ¿no es acaso eso, precisamente, lo que nos hace únicas, valerosas, con una capacidad inmensa para acoger en nuestra mente-útero todo lo que concierne a nuestros seres amados?
Podemos ser como un elástico que se extiende y da y da a medida que se le exige.

En resumen, quiero decir que somos contenedores de todas las emociones, somos úteros que acogen y dan calidez, esponjas absorbentes de los problemas de los demás y especialmente, de aquellos a quienes amamos, somos mediadoras entre partidos opuestos y colchones que amortiguan las caídas.
Y bueno, ¿quién nos contiene a nosotras? ¿Quién nos suaviza las caídas o nos aligera la carga? Mi respuesta: nosotras mismas!!! Nacemos con las capacidades y dones para soportar todo lo enumerado anteriormente y para levantarnos por encima de las contingencias. Ojo, cuidado! Para poder llevar a cabo esta hermosa y noble tarea debemos separar lo esencial de lo que no lo es -pensamiento inspirado en Evangelio sobre Marta y Maria- centrarnos en lo verdaderamente importante y no caer en el estado de dispersión que ocurre cuando no estamos concientes de nuestros objetivos, o no tenemos claro tras que vamos, debemos descubrir nuestro norte y aferrarnos a él.

Reconozco también, la presencia masculina, su energía fuerte y creadora que me empodera, me apoya y me completa como mujer.
Por último
, y recalco, estoy contenta, agradecida y plena en mi rol de mujer.
Soy madre, esposa, hermana e hija, y espero poder seguir disfrutando y agradeciendo cada momento de mi vida este caminar que, solo terminará con mi último aliento, mi muerte.