Somos hierros,
envueltos en alambres de cobre,
y cada vez que queremos magnetizarnos podemos lograrlo.
Hacemos fluir nuestro voltaje interior
por el alambre y atraemos a quienes deseamos atraer.
Al imán no le inquieta la técnica del funcionamiento.
Es él mismo,
y por su naturaleza atrae algunos elementos y deja otros intactos.
Es una ley cósmica. Los semejantes se atraen.
- Richard Bach -
Limítate a desplegar tu propia personalidad,
serena, transparente y luminosa