jueves, 9 de julio de 2009

ACERCA DEL DISCIPULO Y EL MAESTRO




AMOR DE AMANTES

Esto de ser una aprendiz eterna me atrae mucho. Talvez esa actitud de estar siempre buscando, como aprendiendo por primera vez me apasiona. Es como volver a los 5 años y descubrir el mundo...
Pareciera que mi alma se complace en ello.
Habrás escuchado cuántas veces el dicho que “el maestro aparece cuando el alumno está listo”, no?
De esto trata lo que te compartiré hoy.
Me he tomado tiempo, te pido disculpas, y es que he necesitado decantar. Personalmente fue una gran y beneficiosa experiencia que mi alma registró para pronto comenzar lo suyo.

Lo vivido en Tarragona lo experimenté en la dicha de recibir todo lo que mi corazón podía contener y sostener en alegría, paz, amor y compasión.
Estar atenta, abierta y despierta a todo nuevo acontecer que tiene relación con el Ser Humano me produce siempre una excitación especial….
Todo conocimiento me permite adquirir, procesar, comprender y, finalmente, aplicar cierta información que me ha sido traspasada por otro, para mi beneficio y para todo aquél que se presente y lo requiera, en mi camino.
Fue ésta mi particular motivación para asistir a un segundo curso en España.

Deseo compartir contigo un texto que no sólo fue clave en su contenido, sino por la nueva comprensión, para mí, de la sintonía amorosa entre discípulo y maestro. Gracias a esta innovación fue mi particular conexión con lo que se me entregaba.

"Todos los tratados de tantra son diálogos entre Shiva y Devi.
Devi pregunta y Shiva responde. Todos los tratados de tantra comienzan de esa manera.
¿Por qué? ¿Por qué este método? Es muy significativo.
No es un diálogo entre un pro­fesor y un discípulo, sino entre dos amantes. Y con ello, el tantra da a entender algo muy signifi­cativo: que las enseñanzas más profundas no pue­den darse a menos que exista el amor entre los dos: el discípulo y el maestro. El discípulo y el maestro deben estar profundamente enamorados. Sólo entonces se puede expresar lo más elevado, el más allá.
De modo que es un lenguaje de amor; el discí­pulo debe estar en una actitud de amor. Pero no sólo esto, porque los amigos pueden ser amantes. El tantra dice que un discípulo debe actuar de forma receptiva, adoptar una receptividad feme­nina; sólo entonces es posible algo. No necesitas ser una mujer para ser un discípulo, pero sí tener una actitud femenina de receptividad. Cuando Devi pregunta, esto significa que pregunta la ac­titud femenina. ¿Por qué este énfasis en la acti­tud femenina?
El hombre y la mujer no sólo son diferentes físicamente; son diferentes psicológicamente. El sexo no es sólo una diferencia en el cuerpo; es también una diferencia de psicologías. Una mente femenina significa receptividad: receptividad to­tal, entrega, amor. Un discípulo necesita una psi­cología femenina; de lo contrario no podrá apren­der. Puedes preguntar, pero si no estás abierto, no podrás ser contestado. Puedes hacer una pregunta y aun así seguir cerrado. Entonces la respuesta no puede penetrar en ti. Tus puertas están cerradas; estás muerto. No estás abierto.
Una receptividad femenina significa una recep­tividad como la del útero en la profundidad inter­na, de modo que puedas ser receptivo. Y no sólo eso: significa mucho más. Una mujer no sólo está recibiendo algo; en cuanto lo recibe se convierte en parte de su cuerpo. Se recibe un niño. Una mu­jer concibe; en el momento en que se produce la concepción, el niño se ha convertido en parte del cuerpo femenino. No es un extraño, no es un foras­tero. Ha sido absorbido. Ahora el niño no vivirá como algo añadido a la madre, sino simplemente como una parte, simplemente como la madre. Y el niño no sólo es recibido; el cuerpo femenino se vuelve creativo, el niño comienza a crecer.

Un discípulo necesita una receptividad como la del útero. Lo que se reciba no debe ser acumu­lado como conocimiento muerto. Debe crecer en ti; debe convertirse en sangre y huesos dentro de ti. Debe convertirse en una parte, ahora. ¡Debe crecer! Este crecimiento te cambiará, te transformará a ti, el receptor. Por eso el tantra usa este sis­tema. Todos los tratados comienzan con Devi ha­ciendo una pregunta y Shiva contestando. Devi es la consorte de Shiva, su parte femenina."

Texto:El Libro de Los Secretos – Comentarios de Osho sobre el libro Shaivismo de Cachemira.
Imágen: La lección difícil, cuadro de William-Adolphe Bouguereau