martes, 9 de octubre de 2012

UNA CASA CON ALMA


María está casada con Luis y tienen un hija de dos años. Por asuntos de trabajo cambiaron de ciudad. La nueva casa hacía sentirse a María muy entusiasmada en un comienzo. Todo era nuevo y emocionante, sin embargo, poco a poco se fue sintiendo deprimida. Cada día era lluvioso, nublado y frío. No tenía amigos en la zona y Luis estaba fuera todo el día. Se sentía sola y abatida. La casa no solamente tenía gris el cielo, sino que las paredes también. Parecía que su vida iba por el mismo camino. Dudada de sí misma y de sus cualidades como madre. Comenzó a dudar de todo acerca de su vida. Recorriendo una tarde el barrio encontró unas ramas largas tiradas en el camino. Las arrastró a su casa, las colocó de pie en la sala de estar, de modo que se extendieran del suelo al techo, y entretejió unas lucecitas de árbol de navidad. Tenían un aspecto fantástico! La sensación que daba la habitación cambió completamente. El efecto fue mágico, ya que le recordaba una noche estrellada en el bosque, lo que le hizo sentirse mejor luego de finalizado. Luego compró, con poco dinero, un farol redondo hecho con papel de arroz y lo colgó delante de “su bosque”. Lo pintó de un color luminoso, de modo que pareciera una luna llena en el bosque. Al caer la noche, apagó todas las luces de la casa y encendió sus “estrellas” y su “luna”. El impacto que le provocó la llenó de gozo. La pequeña casita gris se había convertido en un santuario a la belleza…una casa para el alma. Este hecho significó un giro en sus vidas. Siguió buscando en “ventas de garage” y comenzó a crear un ambiente de hogar cálido y acogedor. La alegría apareció en su vida y en su espíritu.

Es que la casa donde vivimos ejerce un impacto enorme en nuestro estado de ánimo. Pueden hacernos sumir en lo más profundo de la desesperación o bien elevarnos hasta refugios de belleza y rejuvenecimiento. Creo que el alma anhela lugares que sean un santuario y proporcionen equilibrio, lugares que nos recuerden lo que realmente importa en la vida. Desea espacios que estén en armonía con los ciclos de la naturaleza, lugares donde se valoren la bondad, la compasión y la sabiduría--- y donde estas cualidades puedan desarrollarse.


16 comentarios:

Anónimo dijo...

UNA HISTORIA QUE ES UNA GRAN LECCIÓN DE VIDA!! MUCHAS GRACIAS ALI POR COMPARTIRNOS TU SABIDURÍA.
BESOS

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Una buena narración para explicarnos que, en efecto, debemos hacer de nuestra casa nuestro hogar. Y ser felices o, al menos, intentarlo.
Besos.

Ligia dijo...

Una historia llena de realidad. No es lo mismo la casa que el hogar. Abrazos

Alimontero dijo...


ReltiH,querido amigo, te cuento que esta historia es verídica...lo que me comprobó que nosotros tenemos esa virtud, descubrir la armonía, primero internamente,para que el Alma se manifieste externamente. "Como es adentro es afuera" ;-)
El alma de una casa se puede apreciar desde la mas estricta sencillez, como el casa de Luis y María,

Un gran abrazo!

Pedro Ojeda Escudero, gracias por tu comentario querido amigo. Una casa con Alma se percibe tan solo al entrar en ella...;-)

Ligia, Holaaa! sutil diferencia amiga...el hogar es el nido que acoge incondicionalmente. Es el calorcito que te invita, te recibe porque siempre espera tu llegada. Ese lugar donde está el corazón y el Alma de quienes la componen.
La casa es algo externo, para mi...lo que con el tiempo se convierte en un hogar...;)

Gracias, te abrazo!

Ali

Luis de Burg dijo...

tienes razón.... cuando vivía con mis padres ellos pintaban las habitaciones de un color verde pastel o celeste agua, y siempre me sentí iluminado con sensaciones que para mí eran muy opuestas, siempre me sentí incómodo aunque nunca protesté porque eran los colores de la casa, en donde nací y me crié, podría decir que me acostumbré a verlas de ese modo siempre.... hasta que me tocó vivir sólo, cuando abandoné la casa de mis padres, me fuí a vivir una habitación alquilada, estaba pintada de guinda, me parecía horrible el color, estaba acostumbrado a otro tono más cálido, entonces lo cambié al verde, a las pocos meses lo volví a cambiar al celeste agua y seguí con la idea de que no era mi mundo, era el mundo de mis padres pero no el mío y me sentía desubicado, hasta que una chica que dormía de vez en cuando conmigo me animó a pintarlo de negro, y la verdad que desde ese momento todo cambió para mí, me sentí en casa, en una casa que sólo podría existir en mis sueños y me sentí completo, he cambiado muchas veces de habitación y he intentado vivir con el color que ya estaba, como por ejemplo la última habitación estaba pintada de rosado, la he pintado de negro con algún matiz de gris en algunas paredes, me ha quedado fantástica, al fin puedo sentirme completo....

Alimontero dijo...

Luis de Burg, Hellinger, fundador de las Constelaciones Familiares nos recuerda que "encontrar nuestro lugar" es lo más importante...
no importa el color....sino el lugar que te de identidad... por eso pasaste de un color a otro hasta encontrar el tuyo..

Un abrazo

Ali

Jabo dijo...

Ser felices en nuestra casa, hacerla confortable y disfrutar en la misma, ya que pasamos gran parte de nuestra vida en ella. Claro que las casas tiene alma.
Abrazo. Jabo

Spaghetti dijo...

Las casas cobijan el espíritu del que las habita. Su alegre bienestar depende del ánimo del que vive en ellas.
Cuando la princesa está triste en su palacio, no es la solución derribarlo o cambiar de residencia, sino, como bien dices adornarlo con ramas de alegría.
bssosssss

Luis de Burg dijo...

pues te cuento que hace poco eliminé todo mi blog por completo, y despues de unas semanas intenté buscar un color nuevo para seguir escribiendo, adivina que color he usado? pues nada nuevo, pero al menos he cambiado todo el diseño por completo, espero tu llegada por mi cámara, despues de tanto, decidií no eliminarlo y seguir escribiendo, besos!!!!!

Olga i Carles (http://bellesaharmonia.blogspot.com dijo...

Nuestra casa representa a eso yo escondido. Debemos darle el respeto que merece.

Un abrazo.

Olga i Carles (http://bellesaharmonia.blogspot.com dijo...

Nuestra casa representa a eso yo escondido. Debemos darle el respeto que merece.

Un abrazo.

Abuela Ciber dijo...

Acercandome a ti a traves de estas lineas, deseandote una muy buena semana y compartiendo algo leido:

"Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia"

Cariños

Abuela Ciber dijo...

Acercandome a ti a traves de estas lineas, deseandote una muy buena semana y compartiendo algo leido:

"Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia"

Cariños

Jurema dijo...


Estupendo relato, lleno de matices y una buena enseñanza para quien quiera entender.
Nuestra casa es el receptáculo de nuestra vida.

Un abrazo

M. J. Verdú dijo...

Hermosos consejos los que nos das, querida amiga.Por supuesto, los incluiré en mis meditaciones

Silvia Cristina Cuesta dijo...

Cuanta enseñanza en tu relato...Gracias a Dios tu hija pudo acomodar su hogar..para sentirse mas feliz!!!! y disfrutarlo plenamente junto a su familia!!

Abrazos