miércoles, 8 de octubre de 2008

LA VERDAD, QUIEN LA TIENE?




Conversábamos en un “break” acerca de este tema y quise compartirlo contigo.
La verdad
no es un concepto, no puedes pensar acerca de ella. Es una experiencia; tienes que vivirla. Cada individuo, de acuerdo a su contexto y creencias “crea” su verdad. Por lo tanto, existen tantas verdades como seres habitan en el mundo. La verdad de un oriental y la de un occidental, de acuerdo a sus culturas, difieren, y... ambos están equivocados? Mienten? “El mapa no es el territorio”… te dice algo?
Nacemos y vivimos en un entorno, en un contexto
. Nuestros padres y parientes cercanos nos “dan información” desde que nacemos, la que registramos y procesamos inconscientemente. Luego llegan los educadores, los amigos, y así continuamos con el proceso de “ingresar información”. Entonces, a medida que crecemos, contamos con lo suficiente como para formar nuestras creencias y valores: nuestras verdades.
Pensar acerca de la verdad no es saber la verdad, pensar acerca de Dios no es conocer a Dios; pensar acerca del amor no es conocer el amor
. Para conocer el amor tienes que enamorarte, tienes que experimentarlo. No existe otra forma.
Hoy las cosas están cambiando, lo vemos a diario. Las ideologías caen, como nuestros paradigmas. Nuevas verdades se avecinan, es conveniente estar abiertos…despiertos!
Para experimentar “nuestra verdad”, “tu verdad” se necesita de un cambio radical en tu visión: tienes que bajar de tu cabeza y entrar al corazón. Debes existir como tu corazón, no como tu cabeza, porque la cabeza sólo puede pensar. Puede pensar ideas hermosas, pero aún las más hermosas ideas son sólo ideas, vacías e impotentes. Es a través del corazón que tú sientes, que tú experimentas.
Entonces, mi invitación consiste en mover tu energía desde la cabeza hacia el corazón. Habrá una gran resistencia al principio pues la cabeza ha sido tan poderosa por tanto tiempo. Ha sido la soberana, la autoridad suprema, por lo tanto ahí tendrás un trabajo! Y el corazón ha sido reprimido. Sin embargo, el corazón es tu verdadero centro. La cabeza es buena como una máquina, es una computadora. Úsala cuando la necesites, pero no te dejes poseer por ella. Sé el amo de tu mente, nunca seas un esclavo de ella.
Deja que el corazón sea tu guía y la mente sólo una aliada condicionada.