
Hoy amanecía sin tiempo, y escuché esta nostálgica melodía...Me asomé a la ventana y me quedé mirando, extasiada, la cordillera majestuosa, como siempre, y pensativa permanecí, vibrando con ella. La perfilaban aún, tímidamente, unos reflejos de lo que fue una luna llena. Una brisa corría suave y la calle aun con hojas, vacía, daba la bienvenida, como honrando al amanecer de este día…..
Fue cuando escuché su voz y la tibieza de sus manos bellas, me volví y me dijo: vamos, deja, corramos libres tras la inmensidad del universo, con mi amor contigo, junto a las estrellas, a bebernos el infinito y embriagarnos de ello, luego regresamos a casa junto al fuego, donde tu eres parte del todo, mi niña-mujer… bella…
Hoy, tras mi ventana tuve esta sensación con solo mirar la cordillera…